El Discreto Encanto de Nicole Kidman

Este fin de semana pasado tuve que hacer las veces de portero de discoteca en dos ocasiones. La culpa la tiene Nicole Kidman y me explico enseguida. "Reencarnación" es el segundo largometraje de Jonathan Glazar. "Sexy Beast" fue el primero y antes de eso realizó infinidad de comerciales. En este último trabajo, Glazar cuenta la historia de una mujer a la que se le presenta un crío de diez años que asegura ser la reencarnación su marido muerto hace diez años. Esa es la sinopsis a grandes rasgos, de la que publicistas y medios de comunicación rosa han extraído la consecuenta lectura morbosa del asunto vendiendonosla como una mezcla de cine de terror S que para nada se ajusta con la realidad. La gente que entraba este fin de semana en la sala donde proyectábamos "Reencarnación", la mayoría grupos de niños de entre diez y trece años ávidos de cintas de terror hormonal, terminaban aburriéndose, armando jaleo, entrando y saliendo del baño, gastando las reservas de palomitas, provocando la justa reacción e ira en el sector del público que sí que había entrado en el juego de la película. Lo de portero de discoteca venía por lo de la ira, lo de las quejas y lo de tener que entrar en la sala en tono amenazante para hacer callar, cual maestro de escuela, a la chiquillería. Al margen de polémicas y encontronazos de patio de colegio, "Reencarnación" es una de las películas mas desconcertantes de la temporada. Jonathan Glazar ha contado con Jean-Claude Carriere en las tareas de guión y eso se nota. El guionista de "El Discreto Encanto de la Burguesía" o "Belle de Jour" resucita de algún modo paranormal el espíritu de Luis Buñuel en la historia de esta mujer aburguesada, recluida entre las paredes empapeladas de paisajes exóticos de un lujoso apartamento, incapaz de enviar a un niño de diez años que dice ser su difunto marido a casa de sus padres y que bien podría haber sido interpretada por Catherine Denevue en su día. Glazer ha preferido a Nicole Kidman, a la que ha cortado el pelo como Vidal Sasoon hizo con Mia Farrow en "Rosemary's Baby" y le ha construido un espacio escénico de una terrible frialdad formal donde los personajes se mueven como piezas de una exquisita colección de taxidermia. Todos son diseccionados por el objetivo de una cámara morbosa que excava en la mirada profunda de sus protagonistas hasta desnudarlos. Una película que te engaña, te provoca, enfurece y que supera la etiqueta de ejercicio de estilo gracias en primer lugar al trabajo de sus actores y en segundo, a la retorcida ejecución y resolución final de Carriere. Tiene uno la sensación, de estar ante aquella caja plateada de la que nunca nadie supo lo que contenía en "Belle de Jour". El cine, todavía se sigue mirando en ella.

Comments

  1. Anonymous1:24 PM

    Apuntada en mi lista.

    Un cordial saludo,

    Ihara.

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  2. Supongo que á estas horas, Ihara, estarás disfrutando de unas seguro que merecidas vacaciones. Espero tu regreso y tus comentarios!. Saludos y pásalo bien, Fran

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