Crítica de Bright, el Training Day con Orcos

Imaginaos un film en el que tu como guionista o bien director, le intentas vender a media industria un proyecto resumiéndole en pocas palabras que tu historia es una mezcla entre: Sucker Punch, Artemis Fowl/Harry Potter y Training Day... Como mínimo la cabeza te puede reventar del entusiasmo o de la catástrofe presupuestal que puede resultar dicho trabajo. Claro que si eso te lo vende el director de Suicide Squad, puede que el NO sea rotundo (y con razón) a previo aviso de lo que viene. Pero aun así sigues adelante y además de eso va y te lo produce el medio VOD del momento, Netflix. ¿El resultado? Bright. Un film bastante gamberro que fuera de coñas tras lo dicho por Suicide Squad, viene bajo la dirección de David Ayer, quien por excelencia acostumbrado a darnos historias bastante atrevidas que resultan en trabajos relacionados con películas policíacas turbias.

Ayer, le guste o no a la gente, ha sido el encargado de escribir los guiones de S.W.A.T.: Los hombres de Harrelson, Vidas al límite, Sin tregua, y la aclamada Training Day. Pero lo curioso de este film ha sido verle mano a mano con el guionista más desconcertante del momento, Max Landis, quien lo mismo te puede dar una genialidad o un libreto bastante discreto y esquizofrénico. Aun así ha sido bastante interesante verles trabajar juntos en Bright.

Otra tarea difícil y arriesgada, que la verdad, lo ha sido bastante para Netflix, ha sido juntar a Ayer y Landis tras sus últimas irregularidades, y aun así unir al pack al revienta-guiones de Will Smith. Quien en todos sus contratos parece que tiene prescrito que debe ser el típico padre responsable y honesto del mundo, cuya toda repercusión debe pasar por sus textos. Lo bueno, es que esa dosis se ha rebajado en detrimento de Joel Edgerton, quien está asombroso en la película (todo hay que decirlo, la caracterización ayuda).

Dicho esto, y viendo que ya tenemos las cartas sobre la mesa, toca hablar de lo que ha parecido en general Bright. La gran apuesta hacia final de año para Netflix.

El film que se presenta con un argumento prometedor, nos da al fan lo que de verdad estamos buscando con una premisa como esta, la cual y lo cierto es... si nos lo llegan a poner como serie nos la comemos con patatas.

Su historia se centra en un mundo atípico, año 2017 en el que orcos, hadas, humanos y elfos viven entre si en un sistema sin igual en el que por primera vez un orco entra a trabajar en el cuerpo de policía de Los Ángeles, con Daryl Ward interpretado por Will Smith como compañero. Durante este viaje vemos como todos los agentes están quemados con la situación actual del país, y más concretamente con la incorporación del orco Nick Jakoby, interpretado irreconociblemente por Edgerton. Tras esta delicada situación llega el momento en el que el film se deriva totalmente a un Training Day bastante singular en el que los compañeros de Smith quieren matarles a él y Jakoby para conseguir una varita mágica encontrada. A partir de ahí ocurrirá un desenfreno sin igual entre clanes orcos y elfos llenos de clichés bastante interesantes entre especies.


Hasta aquí podemos decir que con Bright estamos ante un film sin igual, bastante interesante y entretenido que fácilmente podría tener una trilogía en Netflix para el deleite de sus usuarios, sobre todo ante el gran éxito de su inicial acogida. hay que tener en cuenta que lo mejor del film es no tomarla en serio, y no como los críticos quienes la han puesto a parir, tomándose el film con una seriedad demasiado abismal. A pesar eso, sí de que el film no es perfecto. Pero tampoco es un desastre como se ha intentado vender, sino más bien una trepidante aventura callejera bastante bien disfrutable en casa entre sofa, manta y palomitas.

Calificación: 6,5 / 10

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